Trabajamos la importancia de expresar como nos sentimos y descubrimos que no hay emociones buenas y malas sino que todas son necesarias. También vamos a aprender a gestionar emociones como la tristeza o el enfado. Para todo ello, hemos creado un emocionario que hemos colgado en la puerta de nuestra clase. Cada compañero ha elegido un animal que lo representa y debajo de su dibujo hemos colocado un sobre con su nombre.
Cada semana vamos a escribir a un compañero diferente, le vamos a contar a través de una nota que meteremos en su sobre, que es lo que más nos gusta de el o ella a lo largo de la semana y también vamos a aprender a decir las cosas que no nos han gustado tanto de manera que nuestro compañero/a no se sienta herido/a.
Escrito por José Daniel.
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